Los hombros, mi pelo, mi cabeza de maceta, se cae, todo se cae y se desparrama en el suelo sobre mis manos que intentan contenerlo todo, tontas impiadosas! deberían pensar, deberían pensar....
y vos, vos...deberías callar un poco tu boca de regla redonda, que??! ¿que no soy la chiquilla feliz que la gente buena dice que esta bien?? oh si!, si...anoche conté mas noches que días, mis papeles son un abismo, podría espantarte si los-me rozaras por dentro.
El dilema de la productividad social y su abrazo material me esta lastimando, estoy arrinconada en una pared casi pisando la linea de esa fachada con moño, es el gran juego, de encontrados y perdidos, de fotos y pasarelas de piernas flacas.
Desquiciada.
Niños debajo de la mesa.
Niño caracol de mar: Límpiate! Tenes la cabeza llena de miguitas!!...¿escuchaste?
La gente ahí arriba habla de sobre casas grandes, ladrillos, anillos de oro… ¿se han olvidado de nosotros?
Niña de papel arrugado: No pequeño ángel, todo es parte de todo, como nosotros, vos sos mitad yo…y yo soy mitad vos…¿Qué importa la gente?
Niño caracol de mar: No podemos vivir siempre acá debajo de esta mesa….afuera hay una plaza…quiero ir a jugar!!
Niña de papel arrugado: ¿sabes? El mundo a veces es como una gran boca mascando chicle, se me hace muy incomodo….por eso te invite a vivir aquí conmigo, debajo de esta mesa…suerte la mía de que aceptaste y viniste a hacerme cosquillas con tus largas pestañas violetas y tu sonrisa de aire, mira! Todo se llena de burbujas cuando te reís!
Niño caracol de mar: - Se puso serio y tiro el chocolate que tenía en una mano y la papa frita que tenía en la otra- Dame la mano! es hora de salir a encontrarnos, no tengas miedo, yo te cuido…
Niña de papel arrugado: -Acomodo su vestido azul con flores blancas, se puso unas medias rojas por si hace frió, miro hacia arriba, hacia los ojos del niño caracol, y aperto su mano bien fuerte-
Y así, pasaron un par de días perdidos en el comedor, en la cocina, en el patio, es que eran muy distraídos y olvidaron el camino de regreso…
Hasta que juntos encontraron las piedritas que habian dejado, parecían no verse bajo la lluvia y hoy viven felices arriba de un árbol, trabajan imaginando, y comen muchos alfajores y papas fritas.
